Ashwagandha es conocida por sus propiedades adaptogénicas, que ayudan al cuerpo a manejar el estrés. Este hongo también tiene efectos antiinflamatorios, antioxidantes y se utiliza para mejorar la resistencia física y mental. Esta hierva medicinal es originaria de Asia, se encuentra en casi todos los climas templados. Crece en India, Pakistán y Sri Lanka, en el sur de Europa, noreste de África, y en la Macaronesia. En la península ibérica se encuentra esporádicamente en el litoral mediterráneo.
En muchos países se ha popularizado su nombre en sánscrito Ashwagandha, cuya traducción literal es “Aroma de caballo”, por el particular olor que desprende.
Principios activos:
– Lactonas
– Alcaloides esteroideos
– Trietilenglicol
– Flavonoides
– Sales minerales, en especial hierro (fe) y potasio (k)
Mecanismos de acción y usos:
•Potencia el sistema inmune •Apoya la mejora del funcionamiento de la tiroides •Hashimoto •Mejora la capacidad cerebral. Útil para los trastornos del estado de ánimo y la pérdida de memoria •Previene la pérdida de cortisol •Mejora la salud cognitiva, ayuda a pensar mejor •Alivia el dolor y la hinchazón •Estrés crónico y fatiga suprarrenal. Por lo que es cada vez más popular es por ser una planta con propiedades adaptógenas ayudando a nuestro cuerpo a lidiar con el estrés. De ahí su uso por personas que se sienten fatigadas y buscan mejorar su vitalidad. En combinación con la respiración adecuada y la dieta adecuada, ashwagandha puede reducir los síntomas de ansiedad. •Agotamiento •Infertilidad •Osteopenia y osteoporosis •Cáncer •Depresión •Modula la libido en hombres y mujeres •Déficit de atención e hiperactividad •TEA •Epilepsia •Parkinson •Temblor fino distal •Artritis reumatoide •Lupus •Espondilitis anquilosante •Glomerulonefritis autoinmune •Estimula la energía.
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